sábado, 24 de abril de 2010

La “nueva cara” de Ramírez


El grito de desahogo de Rubén Ramírez tras el primer gol de Banfield no fue casualidad, al igual que el eufórico festejo con sus hinchas en el segundo tanto. Una de las principales atracciones que tiene el deporte más popular del mundo es la constante revancha por parte de quienes lo practican, y sobre esto sabe bien el santafesino.
El atacante de 27 años llegó al club del Sur de la Provincia de Buenos Aires proveniente de Racing, equipo con el cual realizó una pésima campaña durante el 2009, siendo catalogado injustamente por la hinchada como uno de los máximos responsables de la debacle académica. Sin embargo, luego del alejamiento de Santiago Silva de la institución verde y blanca -regresó a Vélez al vencer su préstamo- , Julio César Falcioni apostó por él como reemplazante del uruguayo. La decisión acerca de la compra del pase del ex Colón fue severamente cuestionada por los hinchas y por parte de la Comisión Directiva, argumentando que el último goleador del campeonato no debía ser reemplazado por un jugador sin ritmo futbolístico. Arremetiendo contra todas las críticas, el delantero responde con goles. Las dos conversiones ante Deportivo Cuenca fueron los primeros en la presente Copa Libertadores, y lleva diez en lo que va del año con la camiseta del Taladro.
Uno de los factores a los que el punta le atribuye su gran presente es su "nueva faceta", en la cual se lo observa con nueve kilos menos desde su llegada a Banfield. "Al momento de venir al club hablé con Chatruc y me dijo que no dejase pasar la oportunidad de incorporarme a un equipo que venía de obtener un título. Me recomendó que haga una severa dieta para bajar de peso. Pepe es un amigo y sus palabras me mentalizaron a que debía ponerme en forma", declaró Tito luego del enfrentamiento ante el conjunto ecuatoriano.
Con el partido en cero al finalizar la primera etapa, la cuestión se estaba complicando para los dirigidos por Falcioni, y el clima se comenzaba a tornar tenso tanto fuera como dentro del campo de juego. Para tranquilidad del local, los dos goles del ex Tiro Federal -el primero al comienzo del segundo tiempo tras un centro de James Rodríguez, y el restante anticipándose al arquero de cabeza, luego de un tiro libre de Mathías Cardaccio- enderezaron el sendero hacia el 4 a 1 final, mismo resultado que en el encuentro de ida. Waler Erviti con una definición exquisita con el borde externo del botín zurdo, y Cristian Luchetti de penal completaron la goleada, mientras que Gabriel Méndez descontó para la visita. Con este resultado, el equipo argentino se aseguró el paso a octavos de final.
Seguramente Ramírez ya no duerme con los silbidos haciendo eco en su cabeza, sino que recuerda los aplausos con los que fue despedido al finalizar el partido de Copa, y comprendió más que nunca que este "juego" siempre da revancha.

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